En el mundo de la música clásica se vive una explosión de músicos latinos, grandes cantantes e intérpretes invaden los más importantes teatros del mundo, José Cura, Marcelo Álvarez, Rolando Villazón, Ramón Vargas o Juan Diego Flórez son ejemplo de ello. Y si bien nos sentimos orgullosos de que un peruano este en esa lista de grandes músicos, creo que otro país debería sentirse más orgulloso, no solo por tener un par de músicos triunfando en el mundo, si no por instaurar todo un sistema que ha permitido a los miembros de su país vencer barreras sociales a través del arte.
Este país es Venezuela. Sí, Venezuela, ese país donde un tal Hugo Chávez grita a los cuatro vientos su revolución; Sí, ese país que es amigo de Cuba y de Rusia; Sí, ese país donde la inflación es la más alta de latinoamericana. Sí, en ese país deberían estar más orgullosos, porque no solo tienen un gran cantante que triunfa en el mundo, como Aquiles Machado (que de paso se va presentar en el festival internacional Alessandro Granda del Callao, dentro de muy poco); no bastando con eso, no solo tiene un gran director, y tan joven, como es el caso de Gustavo Dudamel; si no que tiene toda una orquesta, La Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, que triunfa en el mundo; considerada por la crítica del London Times como una de las cinco orquestas más importantes del mundo, tanto así que ha grabado para la Deutsche Grammaphon.
La Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, es el fruto de una red de orquestas que diseño un músico venezolano, que como él cuenta en el video que se muestra más abajo, tenía el sueño de que cada niño tenga la oportunidad que él tuvo para convertirse en músico. Este hombre se llama José Antonio Abreu, este es el verdadero revolucionario de Venezuela, que revoluciona no solo a su país, si no que su mensaje va al mundo, en especial a latinoamericana; lo más sorprendente, es que su revolución, a diferencia de otros, no la hace con demagogia, si no con acciones y ha hecho que el nombre de Venezuela figure en el mundo.
Este hombre con su sistema de orquestas juveniles ha permitido que todo joven venezolano se acerque a la música, que pueda acceder a una carrera musical, ha permitido que todo joven venezolano sueñe, tenga ideales y luche por su sociedad. Este sistema que se originó en el año 1975, ha hecho que se rompan las barreras sociales, permitiendo que el arte no sea una cuestión de elite, si no un derecho social.
Juan Diego Flórez ha mencionado que le encantaría desarrollar un sistema parecido en nuestro país; sin embargo creo que José Antonio Abreu, es un ejemplo para todos aquellos que tienen un sueño y que de alguna u otra manera han tenido la suerte de poder alcanzarlos y quieren devolverle algo a la sociedad. Ya sea con un instrumento musical, un libro, con arte, con ciencia, con ideales o sueños; sin duda alguna estas son herramientas que a través de la educación pueden ayudar a comenzar a cambiar la realidad de una país, derrotando la pobreza, no solo de recursos materiales; si no de oportunidades, de opresión, de no tener identidad, de la falta de conocimiento, de sueños y metas; es decir, del recurso humano, que es en sí lo que conforma a una sociedad.
Por eso, los dejo con estos dos videos: en el primero, es el mismo Abreu quien nos expone su sistema, su visión, los alcances de este, y la contribución del sistema a la sociedad Venezolana. En el segundo, tenemos a Gustavo Dudamel, el joven director venezolano dirigiendo a la Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, para que aprecien lo que se ha logrado en Venezuela y se deleiten un poco con dos piezas: el segundo movimiento de la sinfonía número 10 de Shostakovich y el danzón número 2 de Arturo Márquez.
Abreu
Dudamel
Política de la buena 